Cuerpos en cascada. Parte II
¿También la piedra es asombro congelado?
R. Juarroz
Cuerpo- piedra de toque
Podemos invocar/ convocar a las palabras como piedras preciosas o como pedrada. En su levedad o en su pesadez. Hay pre-textos en los cuerpos que surcan la piel, que refrescan o inundan su cartografía en un bien-decir y bendicen o en un mal-decir y coartan.
La piel como un paisaje en el despertar del deseo en la erótica y la retórica de los cuerpos.
Cuerpo- borde
Cuerpos arrojados a lo inefable, situados en torno a la piedra sin hiancias, los signos, el mudo reino de los silencios. Cuerpos al borde de la palabra, bordados, bordeando el vacío, la fractura que causa el derrame. Cuerpos en cascada tras el oleaje, tras el gesto, tras la caída, tras las amarras del deseo danzado.
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¿Qué textura anida si un cuerpo es grabado a fuego? Bajo la piel de la escritura se intenta descifrar señales, claves para aproximarnos ¿a qué?
Un cuerpo al filo del tajo, en el vértice de la piedra angular. Pero, ¿qué querrá decir esto?
Autoras: María Cecilia Piscitelli
Karina Lerman